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Electrodomésticos Bajo Consumo

Cómo funciona un termo de agua eléctrico y hacer que consuma menos

como funciona un termo electrico

Entender cómo funciona un termo de agua eléctrico tiene una doble funcionalidad. Por un lado satisfacer la necesidad de conocimiento que muchos (como tú y como yo) tenemos y, por otro lado, saber cómo actuar para reducir su consumo eléctrico.

Para ir abriendo boca te diremos que la base de funcionamiento de los termos de agua eléctricos es el principio de estratificación por el cual el agua pierde densidad cuando se calienta, volviéndose más ligera y elevándose a la parte superior del depósito o tanque. De esta manera se consigue una eficiente agua caliente sanitaria también válida para la calefacción, pero no obstante debes tener cuidado con el consumo: los termos son de los electrodomésticos que más energía gastan en el hogar y si no se usan con cuidado y se eligen acorde a tus necesidades el susto en la factura es más que probable.

El principio de estratificación

Un calentador de agua consta de un tanque generalmente recubierto de aislante, un sistema de calefacción que proporciona la potencia calorífica, una resistencia, un termostato que regula la temperatura y un sistema de protección que evita la corrosión en un aparato que está en contacto continuado con agua y cal.

El agua fría a presión entra en el tanque conforme el agua caliente sale acorde al consumo que esté realizando el hogar. Esta se calienta a través de la resistencia eléctrica y se eleva progresivamente hasta la parte superior gracias al principio de estratificación. Esto es, al igual que el aire, el agua a una temperatura mayor es menos denso que cuando está fría, desplazándose dentro del tanque y haciendo que la que “desborde” sea el agua a la temperatura deseada. Por este motivo se llama “estratificación”, porque el agua se separa en capas o “estratos” que no se mezclan.

El rompe chorros, clave para mantener el equilibrio entre agua a distintas temperaturas

Cuando el agua fría a presión llega al tanque esta alteraría el equilibrio de no ser por el rompe chorros. Este elemento es, por tanto, necesario en los calentadores de agua eléctricos acoplándolo a la varilla de entrada de agua fría y que “romperá” la presión del agua inyectada cuando llegue al fondo del tanque. Por tanto, este elemento permite conservar las capas de agua a distinta temperatura habilitando el funcionamiento de este sistema.

Una vez calentada el agua del tanque se conserva a la temperatura necesaria debido al material aislante que lo envuelve. Este aspecto es relevante, pues en un periodo continuado de funcionamiento siempre hay agua caliente dentro y, si este aislante (lana de roca, por ejemplo) no está bien colocado y sella cualquier superficie, la perdida calorífica puede ser alta.

A su vez, el termostato de control chequea continuamente la temperatura y, si fuera necesario, la regula parando o avivando la resistencia. En cualquier caso, la temperatura del agua no debe estar por debajo de 50° C, pues de lo contrario las bacterias que ocasionan la legionella pueden proliferar y acumularse. Ahora bien, tampoco debe superar los 65° C por una mera cuestión de seguridad: se trata de minimizar el riesgo de quemaduras y ahorrar en el consumo de energía eléctrica.

Variables de las que dependen el consumo del termo eléctrico

Un calentador de agua eléctrico representa una gran porcentaje del gasto que viene en la factura eléctrica a final del mes, del orden del 15%, pudiendo llegar a ser más en función de su uso, como agua sanitaria y para calentar.

Por ello, vamos a contarte de qué depende su consumo energético y qué puedes hacer para reducirlo.

Bajar la temperatura del globo

Calentar el agua excesivamente, por encima de los 65° C, no es necesario, pues el riesgo de quemaduras con la grifería de la ducha o el baño es alto.

Pero además, si la calientas en exceso tendrás que añadir más agua fría para que esta llegue a la temperatura adecuada al usuario, aumentando también el gasto en agua.

Y por supuesto algo de sentido común: a mayor temperatura del agua mayor gasto (innecesario) eléctrico.

Por este motivo la temperatura aconsejable en el interior del tanque debe estar entre los 50° C y 55° C.

Llegando a esta temperatura el ahorro energético es considerable sin reducir la comodidad ni el confort que provoca el agua calentita.

Cortar el suministro eléctrico en ausencias de más de 2 días

Cuando se hace vida en el hogar no se recomienda cortar el suministro de energía al calentador de agua durante períodos cortos, por ejemplo, por la noche o durante los días que vamos a pasar fuera. Y es que la energía necesaria para lograr de nuevo que el agua enfriada se ponga a la temperatura adecuada sería mucho más alta que si dejases el aparato funcionando de manera continuada. Es lo que se conoce con el fenómeno de “inercia térmica”.

Por este motivo, cuando vamos a estar fuera del hogar durante mucho tiempo (2 o 3 días) entonces sí, conviene cortar el suministro y recuperar el agua caliente al volver.

No obstante, hay sistemas que conectan y desconectan el aparato según la tarifa eléctrica que tengas contratada, apagándolo en horas pico y encendiéndolo en horas valle.

Aislar térmicamente el calentador

Este es un problema acuciante en calentadores viejos, o que han sufrido golpes durante la instalación o que, sencillamente, están descuidados en su mantenimiento. Y es que el no disponer de un aislante a su alrededor que cubra el 100% de su superficie puede provocar que la perdida de calor sea casi como la de un radiador.

Por ello, observa este aspecto y si no vas a comprar uno nuevo asegura que tienes (y si la tienes incluye una capa extra) de aislamiento alrededor del calentador: la reducción en la factura de la luz es inmediata.

También puede ser aconsejable revisar el recubrimiento de las tuberías principales que llevan agua caliente. Para estas hay aislantes específicos, de goma o de aluminio cubierto con burbujas de aire.

Instalar un termo nuevo y más económico

Aunque pueda parecer obvio, en ocasiones lo mejor es comprar un termo eléctrico nuevo. Sí, efectivamente requiere un desembolso económico, pero si lo comparas con el extra de gasto mensual que conllevan los modelos más antiguos caerás en la cuenta que, en apenas 2 o 3 años estará sobradamente amortizado. Y es que el rendimiento de estos aparatos cae dramáticamente con el paso de los años: la corrosión y la cal son sus grandes enemigos.

Y ya que compra uno nuevo intenta que este pueda aprovechar otro tipo de energías, las renovables.

Entre los modelos más destacados que puedes encontrar en el mercado cabe la pena destacar:

  • El calentador de agua solar conectado de manera directa a los paneles solares situados en el techo de la casa. Según diversos estudios este sistema puede ahorrar hasta un 70% de la energía ya que el “combustible” es gratuito.
  • El calentador termodinámico, el cual se acopla a una bomba de calor que aprovechando las calorías ambientales logran calentar el agua.