En general, el horno consume más energía que el microondas. Esto se debe a que el horno utiliza calor por convección para cocinar los alimentos, lo que requiere más energía para calentar el aire y transferirlo a los alimentos. El microondas, por otro lado, utiliza ondas electromagnéticas para cocinar los alimentos, lo que es más eficiente desde el punto de vista energético.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el consumo de energía de un horno o un microondas depende de muchos factores, como el tamaño y la eficiencia energética del aparato, la duración del uso y el tipo de cocción que se esté realizando. Por lo tanto, no se puede determinar con certeza cuál de estos dos aparatos consumirá más energía sin tener en cuenta estos factores.
En general, si deseas reducir el consumo de energía en la cocina, es recomendable utilizar el microondas siempre que sea posible y evitar utilizar el horno más de lo necesario. También puedes optar por cocinar con otros métodos más eficientes, como cocinar al vapor o en la estufa.